jueves, 28 de mayo de 2009

Desvaríos varios


Y a veces me pongo a pensar cuando se dice " en la vida no hay que arrepentirse". Y yo creo lo contrario, me arrepiento. Me arrepiento de todo pero lo volvería hacer. Esta contradicción es mi convicción y mi forma de ser. Porque? No lo se, el destino no me dijo que esperaba de mí.
La cabeza contra la pared (o mejor bajo el agua), el cuerpo al piso, arrastrándose, comiendo la frialdad de los cerámicos mientras la piel se arremolina para vivir tan eléctrica sensación.
Los segundos se caen del reloj, los minutos luchan unos con otros y las horas se evaporan. Una mirada rápida, y los espejos se rompen para configurar tan desagradable visión de carne, grasa y huesos que soy yo.
Un músculo retorciéndose mientras mis pies se mecen, se acurrucan y vuelven a caminar al compás de tantas palabras incoherentes que se despiden de un hueco húmedo de mi ser.
Es extraño percibir ausente el color de mis imágenes que se mezclan para no volver al orden y el control de antaño.

1 comentario:

  1. Sólo Dios es más abstracto que el destino, el maestro de los títeres: es la ley que blasfema, vomita, se retuerce, y ante cualquier ojo se desdobla sobre todas las leyes, pues es en ella en la que alojan su propia existencia!

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