sábado, 1 de agosto de 2009

Carta Nro. 5

No. Esperá. No es que me haya cansado de todo esto pero es el tiempo justo de seguir. Esta vida me la prestaron y yo la tengo que devolver. Es un tiempo, una edad que me quise volver a calzar. Pero como ropa nueva con el tiempo vienen las roturas, los colores se destiñen y la forma se pierde.
Intenté no plancharme pero me vi chata entre hojas y alguna que otra copa para amargarme. “Bueno, pero tampoco es para tanto” dijiste. Pero tampoco es menos que mucho. Creí que entre tus brazos alérgicos al mal que todos me generan podía sentirme mejor. Sutilmente me he dejado lastimar con tus ideas, tus brillantes ideas con el fin de “hacerme sentir mejor”. Y la verdad es que arreglaron todo lo que ya está arreglado. Terminaron de convencerme de que esto no es mío y siento como me pica por ser ajeno.
Tus ojos por mera casualidad se cruzan con los míos para recorrer este momento al unísono. Sin embargo, yo veo mientras vos te ocupás en desgastar tu mirada en nada. Entonces esto es querer cosernos al cielo, cuando apenas tenemos una aguja sin enhebrar. Es desear encerrar a la libertad de expresión en un rejunte de sílabas.
Me culpo por no ser tan ágil como antes, pero los sentimientos también se estancan. Era en ese instante en que debía dejar de extasiarme en anestesia y no en tus vanalidades. Este tiempo se vuelve el momento exacto en dejarme caer sobre mis rodillas y reconocer mi perfecto error.

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Hola. Llegue a tu blog como quien no quiere la cosa. ¿vos escrbiste eso? me gusta mucho.
    pasate por mi blog que yo tambien escribo.
    saludos

    ResponderEliminar
  3. Si, son textos escritos por mi.
    Si te interesa charlar, podes agregarme al msn

    ResponderEliminar